CORALINE – ANÁLISIS PARA ESCRITORES

Al día siguiente de mudarse de casa, Coraline explora las catorce puertas de su nuevo hogar. Trece se pueden abrir con normalidad, pero la decimocuarta está cerrada y tapiada. Cuando por fin consigue abrirla, Coraline se encuentra con un pasadizo secreto que la conduce a otra casa tan parecida a la suya que resulta escalofriante. Sin embargo, hay ciertas diferencias que llaman su atención: la comida es más rica, los juguetes son tan desconocidos como maravillosos y, sobre todo, hay otra madre y otro padre que quieren que Coraline se quede con ellos, se convierta en su hija y no se marche nunca.

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Así nos presentan Coraline, una de las novelas cortas más conocidas del famoso escritor Neil Gaiman. La sinopsis ya da algunas pistas sobre los tres puntos importantes que vamos a encontrarnos nada más abrir el libro; tres características, además, contradictorias, que llaman la atención del lector y que hacen que esta novela sea un cúmulo de buenas decisiones:

  • El tipo de relato: Coraline es un relato corto de casi cien páginas, un cuento. Uno tiende a pensar, cuando lee la palabra cuento, que se trata de un relato para niños. Nada más lejos de la realidad, los cuentos solo determinan la longitud de la novela, no su contenido.
  • El género: Coraline se presenta como un libro fantástico, pero Neil Gaiman utiliza un tipo concreto de fantasía, que mezclada con otros géneros como suspense y terror, convierte la novela en una obra oscura, macabra e inquietante.
  • La protagonista: Coraline es una niña, y es a través de sus vivencias y de su forma de ver el mundo desde el que se cuenta la historia.

Son tres contradicciones que generan curiosidad y que no dejan indiferente a nadie. Una historia de longitud y protagonista para niños, con género adulto. Coraline es una historia con gancho que se lee en un suspiro, la fluidez del texto y la intriga constante en la que mantiene al lector hace que merezca la pena leerla… y para los amantes de la escritura, analizarla.

Coraline tiene un lenguaje sencillo, como un cuento. Frases cortas y simples, párrafos de pocas líneas y diálogos ágiles. Al mismo tiempo, Gaiman introduce palabras más complejas, haciendo que el lector conozca la línea que separa el estar contado desde el punto de vista de una niña con el que sea una historia para niños. Apenas hay descripciones en su narración, dejando trabajar a la imaginación de lector, dejando un rastro de curiosidad y anticipación en él. Pero la ausencia de descripción no solo está en las cosas materiales (utiliza pocos adjetivos para describir a Coraline y a sus padres, apenas cuenta cómo es un lugar en concreto, etc), sino también en las emocionales. Gaiman no describe el miedo en ningún momento y eso hace, contra todo pronóstico, que el lector sienta más temor todavía. Hacer largas descripciones sobre el paisaje o las situaciones a las que se expone Coraline a lo largo del libro restaría fluidez y continuidad a las escenas. No sobra ni falta nada, es como si Gaiman hubiera adivinado el número perfecto de palabras para la historia, sin perder ese toque y ese ambiente mágico y tétrico que crea.

coraline

Que Coraline sea una niña, además, hace que su forma de reaccionar sea sorprendente y es su inocencia, de alguna forma, la que provoca que la historia tenga un efecto mucho más aterrador; hace que las situaciones a las que se ve expuesta sean mucho más violentas. Y con este punto, Neil Gaiman desafía al lector, pone en juicio su imaginación, le despista. Por ejemplo, cuando Coraline habla con un gato que, evidentemente, no le contesta, el lector tiende a pensar que son cosas de críos. Sin embargo, en el «otro mundo», Coraline habla con el gato y ésta vez contesta (cosa que no sorprende a Coraline pero sí al lector, desafiando su imaginación y los límites del lector).

Otro punto importante de la historia es su intención. Coraline juega con metáforas y, como los cuentos, tiene su propia moraleja. Ésta es, además, diferente para cada persona, lo que hace de la lectura algo más personal y único. Una de las mejores partes de escribir es contar algo a través de nuestra historia, y Gaiman se jacta dándonos frases memorables y reflexiones sobre la vida.

En resumen, Coraline es una muestra de que las buenas historias no requieren de técnica, de vocabulario exquisito o de grandes longitudes. Una buena historia se compone de una idea potente, una forma de contarla diferente y un mensaje que lanzar al mundo.

6 comentarios en “CORALINE – ANÁLISIS PARA ESCRITORES

  1. Laura Morán Iglesias dijo:

    Me gusta mucho cómo has enfocado el análisis para escritores, me parece algo muy original y de lo que se puede aprender, tanto al leerlo como tú misma al escribirlo, ¡pues habrás tenido que reflexionar bastante!

    Apenas hay descripciones en su narración, dejando trabajar a la imaginación de lector, dejando un rastro de curiosidad y anticipación en él. Pero la ausencia de descripción no solo está en las cosas materiales (utiliza pocos adjetivos para describir a Coraline y a sus padres, apenas cuenta cómo es un lugar en concreto, etc), sino también en las emocionales. Gaiman no describe el miedo en ningún momento y eso hace, contra todo pronóstico, que el lector sienta más temor todavía.

    Lo desconocido nos da aún más miedo que lo conocido. Creo que Gaiman lo ha hecho a la perfección al no describir ni los lugares ni las emociones, dando como tú bien dices una mayor sensación de temor. Esa es una de los detalles clave que ha hecho que Coraline me gustara :)

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    • Dalila Cabrera dijo:

      La verdad es que es bastante complicado hacer un análisis así, sobre todo cuando disfrutas tanto de la lectura que apenas prestas atención a ese tipo de detalles, pero es verdad que aprendo muchísimo fijándome en la narración y reflexionando sobre la trama y personajes. Es algo a lo que le estoy cogiendo el gustillo y que me servirá para intentar imitar en mis escritos también :)

      Gracias por comentar pero sobre todo por hacer esa magnífica lista de libros, ¡vamos a ver qué tal Solaris!

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