LOS JUEGOS DEL HAMBRE: ANÁLISIS PARA ESCRITORES

Los Juegos del Hambre es una saga que ha despertado todo tipo de emociones en los lectores, tanto buenas como malas. Para mí, se ha convertido en un ejemplo a seguir como escritora, pues aspiro a conseguir todo lo que Suzanne Collins ha logrado a través de esta historia.

Hay miles de reseñas de Los Juegos del Hambre en internet, por eso esta no pretende ser una. Hay muchas formas de analizar una saga, pero pocas desde el punto de vista de un escritor. ¿Qué puede aportarnos esta saga como escritores? ¿Qué podemos aprender de ella a la hora de escribir? ¿Qué puntos explotó Suzanne Collins para conseguir una historia tan equilibrada?

Los Juegos del Hambre me gusta por muchos motivos, pero el principal de ellos es porque está bien escrita. Y no me refiero al tema ortográfico o gramatical, sino a los entresijos de la trama y los miles de detalles que Suzanne Collins aporta a lo largo de la saga.

Trama potente, personajes bien definidos, punto de vista acertado y realismo son los cuatro ingredientes principales de este cóctel que roza la perfección.

(Contiene spoilers. Muchos)

TRAMA POTENTE

Los Juegos del Hambre se presenta como una novela juvenil solo porque los personajes principales lo son, pero su trama es completamente adulta. Es una novela que entremezcla muchos géneros al mismo tiempo (acción, suspense, romance) y consigue una armonía perfecta entre ellos aunque se centre más en unos que en otros. El romance, por ejemplo, está metido con cuentagotas y, al mismo tiempo, es lo más explotado en todo el libro. Me explico: Katniss no siente nada, nada por Peeta, nada por Gale. Nada de amor, al menos. Y está muy bien justificado dadas las circunstancias que vive. Pero su romance (ficticio, repentino, espontáneo) es lo que mueve los dos juegos del hambre en los que participa. Suzanne Collins presenta este tipo de contradicción con el resto de géneros también, encontrando un equilibrio perfecto.

Por otra parte, la trama va cambiando y evolucionando a medida que transcurre la historia:

En el primer libro, la trama parece más plana aunque sigue siendo atractiva: unos juegos del hambre. La idea de meter a 24 personas en un recinto y televisar cómo se van matando unos a otros es una idea con gancho que atrae al lector. Además, esta trama se refuerza gracias al ficticio romance de los protagonistas y el final inesperado, en el que ambos prefieren morir antes que tener que matarse el uno al otro.

En el segundo libro, se deja caer la trama secundaria sobre una posible revolución (aclaro que en la película la revolución se ve bastante clara, pero en los libros es mucho más sutil), pero la trama principal continúa siendo otros juegos del hambre, esta vez con antiguos vencedores, con caras nuevas y con una arena más interesante. Esta trama se vuelve a reforzar con alianzas secretas y provocaciones al Capitolio de las que la protagonista apenas es consciente. Por si fuera poco, cuenta con un final apasionante que deja un montón de preguntas sin respuesta y una confusión generalizada.

Y en el tercer libro, se muestra que la trama que parecía secundaria, en realidad es la trama principal de todo el libro: la revolución. Una revolución que la propia protagonista ha creado sin darse cuenta y que añade a la saga un toque mucho más serio y maduro. La trama en Sinsajo es la perfecta continuación de todo el caos que genera el segundo libro. Aparecen las respuestas y los trazos psicológicos de los personajes. La trama, además, se refuerza con dos plot twist: cuando Peeta ataca a Katniss al ser rescatado y cuando Snow le dice quién lanzó los paracaídas que mataron a Prim (y este último desencadena la decisión final de matar a Coin, que es un tercer plot twist, aunque más pequeño). En resumen, Sinsajo pone el broche final a la saga haciendo que los tres libros tengan mucho más trasfondo que el que parecía en un primer momento.

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PERSONAJES BIEN DEFINIDOS

Los personajes son los que mueven una historia, mucho más que la trama en sí. Una historia puede ser fascinante, pero si el protagonista no logra que empaticemos con él, no brillará en absoluto. Sin embargo, la trama más absurda tiene interés si el protagonista lo tiene.

Lo mejor de los personajes de Los Juegos del Hambre es que son perfectos precisamente porque no lo son. Y son sus defectos e imperfecciones lo que nos genera tanto interés:

Peeta es y siempre ha sido mi personaje favorito de la saga por representar justo eso. Un chico humilde, panadero, bonachón, del montón. Con muchos defectos y desventajas para sobrevivir a unos juegos del hambre pero un gran punto a favor que supo cómo explotar: labia. Peeta sabe hablar, Peeta es simpático, Peeta cae bien, Peeta se desenvuelve bien con las palabras. Y esa habilidad, en apariencia inofensiva, es lo que les mantiene con vida a él y a Katniss durante todos los libros. Peeta podía haber sido el gran héroe de la novela, pero hubiera sido demasiado fácil que Peeta fuera el sinsajo.

Y por eso, por mucho que sea mi personaje favorito, el personaje más fascinante de esta saga es Katniss. Al principio, parece la típica mary sue que enamora a todo el mundo, que sabe cazar y que obviamente va a ganar los juegos del hambre porque sino no habría historia. Y de nuevo aparece el equilibrio del que tanto hablo: Katniss es protagonista de Los Juegos del Hambre, pero en realidad no tiene nada de protagonismo en la trama en sí. Katniss no es más que un peón en cualquier tablero de ajedrez, Katniss podría haber sido cualquier otra persona de cualquier otro distrito. Katniss ha tenido la mala suerte de estar sumida en una serie de situaciones que le han puesto a la cabeza de una historia que le viene muy grande.

Lo más fascinante de Katniss es que no es nada especial, que se mueve por inercia, por lo que la gente de su alrededor le provoca (como los vestidos de Cinna para provocar al Capitolio; como que Peeta les obligue a fingir un romance para poder conseguir patrocinadores; como matar a Cinna delante de ella para que volviera tan loca que tuviera que ir al centro de la arena a recoger armas y tener …). Y es su personalidad tosca, borde, cortante y anti-social lo que complica que sea el sinsajo, porque Katniss no es como Peeta, no cae bien. Pero, al mismo tiempo, es su impulsividad característica lo que arranca esas propos en las que es capaz de hablar con naturalidad.

Haymitch, Finnick, Gale, Cinna, Prim, Effy, Joanna, Boggs, Cressida y el equipo de televisión, Plutarch… Todos están perfectamente definidos, aunque conocemos mejor la historia de unos que de otros. Su pasado, su historia, justifica sus acciones y su comportamiento.

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Punto de vista ACERTADO

Primera persona del presente no es una elección que suela gustarme en absoluto, pero es la mejor decisión que Suzanne Collins podía haber tomado. Los Juegos del Hambre tiene una trama que se va descubriendo poco a poco, concretamente, a medida que Katniss la va descubriendo. La ignorancia de la protagonista se traduce en nuestra propia ignorancia; Katniss ignora todo lo que se le está viniendo encima, ignora la manipulación constante que sufre e ignora que sus actos son solo producto de lo que las personas de su alrededor quieren.

Y es su punto de vista lo que mantiene al lector en vilo y ajeno a esta certeza de que tras Katniss suceden cosas que escapan de su control, como en todos los ejemplos que he mostrado arriba. Haber elegido un narrador omnisciente, por muy cerrado que hubiera sido, hubiera aportado mucha más información desde el principio, arrebatándole emoción y suspense a la historia.

Esto muestra lo importante que es elegir un buen punto de vista para nuestras novelas, pues la historia completa cambia dependiendo de quién la cuente.

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REALISMO

créditos: just-stop-for-a-while@tumblr

Los trasfondos psicológicos son uno de los puntos fuertes de esta novela y le añaden realismo a la trama. Las fuertes situaciones a las que se ven expuestos los protagonistas generan consecuencias, secuelas y traumas. Las circunstancias les hacen evolucionar, a mejor o peor, pero les cambian. Y ese cambio es palpable en toda la saga, sobre todo en Sinsajo, en el que se muestra con pesadillas, ataques de pánico o adicciones a la morfina. Las acciones de los personajes no caen en saco roto: les afectan, les hieren.

En la historia se muestra cómo la mente humana es capaz de soportar los golpes que da la vida. Muestra a unos personajes que no son superhéroes, aunque a algunos se les pinte como tal; se les añade un trasfondo, un pasado, que justifica sus acciones y reacciones. Por ejemplo: Katniss es propensa a desobedecer las normas porque lleva años alejándose del distrito 12 para cazar, por eso no hace caso a los consejos de Haymitch. En el libro se muestra también el gran apego que siente por su hermana Prim, lo que justifica que se aliara con Rue y creara suficientes lazos emocionales con ella como para llenarla de flores cuando murió.

Por otro lado, en Los Juegos del Hambre no se presentan buenos ni malos, solo personas con distintas formas de pensar. Snow y Coin son villanos, pero son villanos con justificación. «Yo mato a personas por razones muy específicas» le dice Snow a Katniss al final de la historia, y el lector logra empatizar un poco con él. Coin, incluso, a quien se le pinta como «buena», al final del libro plantea otros juegos del hambre como venganza, pero sobre todo para que los afectados no tomen la justicia por su mano.

Y el final, aunque para muchos decepcionante, es el más lógico que podía haber tenido dadas las circunstancias. No hay amoríos intensos ni sacados de la manga, hay dos personas traumatizadas por muchísimos motivos, personas que poco a poco comienzan a dejar atrás esa etapa tan destructiva de su vida y que juntas se apoyan para seguir adelante. «Katniss se quedará con el que necesite para sobrevivir» le dice Gale a Peeta. Y así es, porque Katniss no necesita alguien que le dé de comer y que alimente su odio, sino alguien que le cure todo ese dolor. Y Gale no puede proporcionarle eso, porque despierta ese lado salvaje e impulsivo de Katniss, y sin embargo Peeta, llena de bondad y cosas buenas su interior. Ése es un final realista.

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En conclusión, Los Juegos del Hambre es una saga que mezcla, en mi opinión, todos los ingredientes necesarios para crear una buena novela. Es un ejemplo a seguir, algo a lo que aspirar. Es una novela que, para bien o para mal, no deja indiferente a nadie, y esa es una de las razones por las que nos gusta escribir ;))