MIS PERSONAJES HACEN LO QUE LES DA LA GANA

Mucha gente cree que los escritores tenemos el control absoluto sobre nuestras historias… Y en teoría así debería ser. Decidimos la época, creamos el lugar y a los que lo van a habitar. Sabemos qué va a pasar y cómo queremos que pase. Sin embargo, no vais a conocer jamás a un escritor que no se haya sorprendido de las acciones de sus personajes o del rumbo desconocido que ha tomado la historia.

Hay un momento en la vida de todo escritor en el que sus personajes hacen lo que les da la real gana.

personajedalagana

Esto sorprende mucho a las personas que no escriben. Se supone que somos un Dios todopoderoso que decide quién hace qué en qué momento y cómo. Y lo somos. Podemos obligar a nuestros personajes a hacer las acciones que teníamos planeadas para ellos, podemos someterlos a que sigan la línea que tenemos trazada para ellos. Podemos hacerlo, en serio. Es tan fácil como escribirlo.

Pero.

Hay un gran pero que nos frena a hacerlo, y es la naturalidad. Hay reacciones, acciones o diálogos que salen de forma natural, sobre la marcha. Y controlar cada paso del personaje puede parecer forzado a ojos del lector. A veces, los escritores tenemos que confiar en los personajes que hemos creado y dejarnos llevar por ellos… aunque muchas veces sea una auténtica locura.

Seguir los pasos espontáneos de un personaje puede acabar muy bien o muy mal. En cualquier caso, yo creo que lo mejor que podemos hacer es cerrar los ojos y continuar tecleando. Luego siempre habrá tiempo para borrar y editar. Pero, ¿quién sabe? Quizá el nuevo rumbo que ha tomado la historia la haga más interesante.

Mis personajes suelen hacer esto más a menudo de lo que me gustaría. Lo hacen sobre todo en sus reacciones y en los diálogos. No cambian mucho la trama, pero me marean.

Hay un personaje de SIGMA en concreto que ha inspirado este post y que me tiene loca. Os cuento. Quería mostrar el vínculo que tenía con su mejor amigo antes de que dejaran de serlo, y de pronto, sus interacciones tomaron un matiz romántico. Sin querer, lo prometo. Este personaje tiene su línea trazada, tiene una misión, unas acciones que debe ejecutar, tiene hasta su propia historia de amor en la novela. Pero de pronto, de forma tan sutil que al principio no me di cuenta, me daba a entender que quizá veía a su mejor amigo como algo más (algo que parece que no está dispuesto a reconocer, pero que me deja ver a través de sus reacciones y pensamientos). No es un cambio que afecte especialmente a la trama, pero altera de alguna forma u otra todo lo que supone este personaje para la historia.

Pero no es esta la única sorpresa que me dio este personaje, no. En otra ocasión, tenía que regodearse e insultar a la que todavía no era su pareja en la historia. Era una acción que lo definía como narcisista y engreído… Y, sin embargo, cuando llegó el momento, este personaje decidió marcharse del lugar para no tener que burlarse de la chica.

Tengo otro personaje que tenía que hacer un trato en el que intercambiaba a su amiga por el bien común. Dado la personalidad (solitaria, objetiva, realista y racional) de este personaje, estaba justificado que accediera al intercambio. ¡Pues no! Antepuso la vida de su amiga por encima del trato. Al principio creí que estaba muy OoC (out of character, lo que significa que sus acciones no se corresponden con su carácter o personalidad), pero decidí escribirlo de todas formas. Cuando se lo conté a mi novia, me dijo que no le sorprendía que lo hiciera, que si por alguien hubiera tirado por la borda aquel trato era por su amiga.

Otro personaje me hizo escribir una nueva e interesantísima escena que no tenía planeada. Decidió salir en busca (sola, de noche, en un mortífero bosque y con fobia) de la persona que quería en lugar de continuar con el viaje que le salvaría la vida.

 Este tipo de cambios repentinos en el guión de la novela hace que a veces queramos matarlos, pero le dan una mayor profundidad al personaje:

  • Del primer personaje, aprendí que no era tan frío ni soberbio como quería que fuera.
  • Del segundo, descubrí que su amiga era mucho más importante para él de lo que yo pretendía.
  • Y de la tercera, aprendí lo luchadora e persistente que podía llegar a ser, y de que su historia de amor era más importante para ella que la trama principal.

Puede parecer difícil de comprender, lo entiendo. Pero de verdad que es así. De verdad que cuando creas un personaje (y cuando creas me refiero a que tienes su personalidad clara y conoces al dedillo su backstory o pasado), es como si le dotaras de vida propia y hacen lo que les sale de sus partes nobles.

Y eso, aunque nos dé muchos dolores de cabeza (muchos, trust me), es una de las cosas maravillosas que solo podemos vivir los escritores. Es magia. La magia de los escritores.  Porque cuando lo hacemos, descubrimos la historia como si fuéramos meros lectores. Y nos involucramos tanto en ella que muchas veces parece que mientras escribimos solo usamos las manos y no la cabeza.

Si os gusta escribir… ¿os ha pasado esto alguna vez? Y si no, ¿entendéis que pueda pasar? Contadme cómo os desafiaron vuestros personajes, haciéndoles lo que les daba la gana.

8 comentarios en “MIS PERSONAJES HACEN LO QUE LES DA LA GANA

  1. Rocío Vega dijo:

    Voy a intentar comentar, a ver si me deja esta vez.

    Mi momento de anarquía personajil fue cuando el protagonista de mi NaNo de 2008 decidió despedirse él solito del trabajo con portazo incluido. Yo no tuve nada que ver. Desde entonces he tenido algún acto de sedición, pero ninguno tan flagrante como aquel…

    Me gusta

  2. T. (@thalyblack) dijo:

    Me ha pasado. Me pasa a diario, de hecho. Quizás a la hora de escribir peco más de centrarme en la construcción de personajes que en trazar la trama y tal vez ése sea el motivo por el que pasan estas cosas.

    En el pasado NaNo (2015) me senté a escribir con un plantel de siete personajes con personalidades muy marcadas y definidas por los motivos de sus respectivas historias propias. Tenía una ligera, ligerísima, idea de por dónde quería que fuese la trama y lo que se supone que debía pasar. Pero en lugar de planearlo todo de antemano (como he hecho en otras ocasiones y que me ha hecho perder la motivación a mitad del camino), me dije «vamos a ver a dónde nos llevan los niños», y lo que ocurrió fue que una historia bastante delimitada en cuanto a extensión ha crecido hasta convertirse en una especie de Titán que necesitará varios NaNos para, ahora que he pulido todas las novedades que mis personajes me han regalado, poder estar completa.

    Estoy de acuerdo contigo en que se siente como magia. A mi modo de ver, creo que es lo mejor que puede pasarle a una cuando está escribiendo: ver que algo (personas) que tú has creado «existe» de una forma independiente a ti o a tus planes… si es que tiene sentido lo que digo.

    Dicho esto, espero Sigma con muchas ganas. Ese personaje que se supone que debía ser frío y soberbio (pero no lo es tanto), es, con toda seguridad, el tipo de personaje del que me enamoraré <3

    Le gusta a 1 persona

    • Dalila Cabrera dijo:

      Creo que ese personaje de Sigma te va a gustar especialmente, teniendo el cuenta los amores que sueles tener ;) <3

      Te entiendo perfectamente, es mucho más gratificante ver a dónde te llevan "tus creaciones". Uno de los mayores problemas que estoy teniendo con Sigma es precisamente ése; los personajes toman tanta participación en la historia que sus tramas secundarias (las de la su evolución, por así decirlo) están teniendo más o tanto peso como la trama principal… No me preocupa demasiado, de hecho creo que sus historias secundarias son muy interesantes… Pero estoy trabajando en que se queden solo en eso: en secundarias xDD

      Gracias por leer y comentar <3

      Me gusta

  3. Raniie Lich dijo:

    Hola! gracias por tu blog. les cuento mi experiencia:
    Cuando comencé a escribir y me topé con ésto, pensé que me estaba volviendo loca, más aún cuando no supe porque hacían ciertas cosas que según yo, no pegaban con la trama. Lo superé cuando me dejé llevar, en momentos, por ellos. Vamos! que hasta les hacia entrevistas y terminamos siendo amigos ( no estoy loca, el psicólogo lo confirma ) a raíz de eso, los dejaba actuar y con el avance de la historia poco a poco iba comprendiendo el porque de sus actos anteriores. Así que todo esto me parece mágico y de alguna manera siento que las personas que les gusta escribir, tiene una sensibilidad mayor para captar, lo que posiblemente está pasando en otro universo. vamos! no hay pruebas que demuestren lo contrario!
    Ahora me hago fiel a tu blog jajaja

    Le gusta a 1 persona

  4. Elvia Martín del Campo dijo:

    Es una sensación rara, una trabazón incomoda, la que me indica que estoy forzando las cosas para el personaje. En serio, es una sensación física.
    En una escena, una mujer entra a la habitación del hombre del que está enamorada. Él lleva dos días bebiendo por el abandono de la tercera en discordia. Yo había planeado que la primera cuidara tiernamente del hombre (ella facilitó las cosas a la otra para que se fuera y se siente segura de que no regresará), pero de pronto, sentí que mi personaje tenía demasiado carácter para limitarse a cuidarle la resaca a él, y entonces ella se puso en pie y se quitó la ropa.

    Me gusta

Haz ruido